Select Language

F I L A N A V A L

F I L A N A V A L
CHILE


NO A LA CAZA DE LA BALLENA - NO AL MALTRATO DE LOS ANIMALES - PROTEJAMOS NUESTRA FAUNA SILVESTRE Y MARINA - CUIDEMOS EL MEDIO AMBIENTE - CUIDEMOS EL AGUA-RECICLEMOS - CONSERVEMOS NUESTRO PATRIMONIO.
DONEMOS NUESTROS ÓRGANOS - AYUDEMOS A LAS PERSONAS DISCAPACITADAS - NO BOTEMOS BASURA A NUESTROS OCÉANOS, RÍOS Y LAGUNAS.
NO AL BULLYINS EN LOS COLEGIOS. RESPETA Y PROTEGE A LAS PERSONAS DE LA TERCERA EDAD.

GABRIELA MISTRAL

Lucila Godoy Alcayaga ( Gabriela Mistral ) Nace en Vicuña ( Chile ) el 7 de Abril de 1889 y fallece en Nueva York el 10 de Enero de 1957.
Profesora, Poetisa, Diplomática, es la primera persona Latinoamericana y primera mujer Americana en ganar el Premio Nobel de Literatura en el año de 1945 .


Gabriela Mistral recibiendo el premio Nobel de Literatura
de manos del Rey Gustavo V de Suecia


TODAS ÍBAMOS A SER REINAS

Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia
y Lucila con Soledad.

En el valle de Elqui, ceñido
de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos
arden en rojo y azafrán.

Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.

Con las trenzas de los siete años,
y las batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra del higueral.

De los cuatro reinos, decíamos,
indudables como el Korán,
que por grandes y por cabales
alcanzarían hasta el mar.

Cuatro esposos desposarían,
por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de Judá.

Y de ser grandes nuestros reinos,
ellos tendrían, sin faltar,
mares verdes, mares de algas,
y el ave loca del faisán.

Y de tener todos los frutos,
árbol de leche, árbol del pan,
el guayacán no cortaríamos
ni morderíamos metal.

Todas íbamos a ser reinas,
y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido reina
ni en Arauco ni en Copán.

Resalía besó marino
ya desposado en el mar,
y al besador, en las Guaitecas,
se lo comió la tempestad.

Soledad crió siete hermanos
y su sangre dejó en su pan,
y sus ojos quedaron negros
de no haber visto nunca el mar.

En las viñas de Montegrande,
con su puro seno candeal,
mece los hijos de otras reinas
y los suyos no mecerá.

Efigenia cruzó extranjero
en las rutas, y sin hablar,
le siguió, sin saberle nombre,
porque el hombre parece el mar.

Y Lucila, que hablaba a rió,
a montaña y cañaveral,
en las lunas de la locura
recibió reino de verdad.

En las nubes contó diez hijos
y en los salares su reinar,
en los ríos ha visto esposos
y su manto en la tempestad.

Pero en el Valle de Elqui, donde
son cien montañas o son más,
cantan las otras que vinieron
y las que vienen cantarán:

-<<>y de verídico reinar,
y siendo grandes nuestros reinos,
llegaremos todas al mar>>.

No hay comentarios:

Publicar un comentario