CUENTO ( El Unicornio )




Creo que nací en país llamado China, fueron pegando cada parte de mi cuerpo, uno a uno, para formar al final mi cuerpo completo, me presento soy un unicornio de plástico, de esos inflables, que se usan en las piscinas, lagos y playas del mundo, mi color es blanco, tengo los ojos negros, mi cola es verde, rosada y azul, así como mis crines y mi colmillo de unicornio es dorado, la primera vez que mi inflaron fue para probar que estaba bueno y el aire no se salía por ningún lugar, después me doblaron y me pusieron  en una bolsa plástica donde mi figura aparecía impresa en ella, después me introdujeron en una caja de cartón grande donde había muchos unicornios igual que yo.
Viaje en un barco muy grande por muchos días, dicen que llegue a un puerto llamado Valparaíso, de ahí viaje en un gran camión a la capital de ese país, llegue a una gran bodega, después de algunos días de pasar ahí me llevaron a un negocio no se donde.
Una mañana entró una señora a esa tienda y dijo al vendedor : tiene de esos salvavidas en forma de animales como caballos de mar, cisne o de alguna otra forma, si le contestó el dependiente, tenemos caballos de mar y unicornios, me puede mostrar alguno, claro que sí le dijo el vendedor, le mostró el caballo de mar y el unicornio, me gusto el unicornio lo llevo, para regalo, si por favor, me envolvieron en un bello papel de regalo, con una gran cinta blanca.
Tuve varios días guardado en un closet, hasta que un día me sacaron y me entregaron a una niña la cual dio las gracias, en el paquete de regalo había una tarjeta que decía con todo cariño para Piá de María, la niña lo abrió y dijo es un salvavidas y lo dejo a un lado y ahí quede.
Una tarde de mucho calor, sentí que alguien me sacaba de la bolsa plástica y me inflaba, era la misma persona que me había comprado y me depositó en una gran piscina, ahí estaba yo en esa gran piscina, en la cual paseaba de lado a lado impulsaba por una pequeña brisa de aire, ahí, en la piscina habían otros salvavidas al igual que yo de diferentes formas como donas y ballenas, que se paseaban al igual que yo por la piscina, era una gran casa con césped  y muchas plantas bonitas.
De pronto de la nada aparecieron  varios niños y niñas y se lanzaron al agua, la mayoría querían subirse a las donas, otros nadaron y jugaron largo rato con una pelota, pero nadie se subió a mi, ahí quedé triste, nadie quiso jugar conmigo, al parecer no estoy de moda, las donas de diferentes colores están de moda.
Nunca más vi a los niños, un día amanecí un poco desinflado al parecer el pituto se había soltado, una mañana salió a la terraza una señora, y llamo María por favor saque los flotadores de la piscina y ese que está medio desinflado, deposítalo en la basura. Sí señora, contestó María.
María sacó el unicornio de la piscina y lo miró, era el regalo que ella le había regalado a Pía para su cumpleaños con todo cariño, lo desinflo y lo puso en la misma bolsa que venía y lo puso en la bolsa de la basura. Al otro día muy temprano María sacó el tarro de la basura a la vereda.  No se donde estoy pero todo está muy oscuro.




De repente la luz nuevamente alguien me mira y me deja a un lado, dando vuelta el tarro de la basura en el camión.
Vamos recorriendo las calles de la ciudad, al parecer es un barrio acomodado, ya es mediodía y el camión para y hacen un alto en las labores de recolección, toman bebidas y comen algo, el recolector de basura se acordó que había dejado una bolsa a un lado y la fue a buscar al camión, vuelve con sus compañeros y abre la bolsa, parece que es un salvavidas le dice uno de sus compañeros de trabajo, debe estar roto por eso lo votaron, lo empieza a inflar, y lo revisa por todos lados y agrega, al parecer no esta roto, no se le sale el aire por ningún lado, a lo mejor se había soltado el pituto. Es un unicornio agrega uno de ellos, es muy bonito, mi hija va estar muy contenta cuando se lo regale.
Terminó el trabajo agotador de los recolectores y cada uno se dirigió a sus modestas casas en los suburbios de la ciudad, debajo del brazo llevaba la bolsa con el unicornio adentro.
Saludo a su señora y le dijo a su hija te traigo un regalo, pasándoselo, que es le dijo la hija, ábrelo le contestó el papa, es un unicornio al parecer, pero está desinflado, si le dijo el papa, no lo podía traer inflado ocupa mucho lugar, dámelo lo inflare y se puso manos a la obra, inflándose en un momento, qué bello es, muchas gracias papá por el regalo. La niña lo tomó y empezó a jugar con él, creo que caí en buenas manos dijo el unicornio, es alguien que me aprecia y eso me da mucho gusto, la niña se sentó a comer junto a su unicornio, después de comer la niña le dio las gracias a su mama por la comida y se fue a acostar junto a su  unicornio muy feliz, ya que al otro día tenía que ir al colegio.
Llegaba los últimos días de colegio, se acercaba el fin de año, ese día fue muy especial para el curso de Ema, así se llamaba la niña, entró la profesora jefe y les dijo al curso, pongan atención, les traigo una muy buena noticia, la Municipalidad como ustedes saben todos los años premia a un curso por su buena conducta y sus buenas calificaciones, bueno este año el curso ganador son ustedes, todas saltaron de alegría y se abrazaron, tendrán un día completo en la piscina para ustedes solas con desayuno, almuerzo y onces para alumnos y apoderados, todas gritaban y saltaban de alegría.
Ese fue el gran día del unicornio, Ema ese día estaba más feliz que nunca, iba a estrenar su unicornio en la piscina. Ema llegó a la piscina junto a sus padres y su unicornio, todas sus compañeras se abalanzaron a saludar a Ema, ya que que ella era una niña muy querida en su curso, por que siempre tenia una sonrisa para todas, no era envidiosa y todo lo compartía, además era muy empeñosa, en sus estudios no siendo una de las primeras del curso.
Entraron todas al agua junto al unicornio, todas querían subirse arriba de él y Ema se los prestó a cada uno de sus compañeras y compañeros, el unicornio estaba muy feliz, nunca había estado con tantos niños jugando en el agua.
Todo el día compartieron helados, golosinas, galletitas, bebidas y demases, el día paso volando, llego la hora de la despedida y todos se despidieron de Ema y le daban las gracias por haber compartido el unicornio con ellas, ya no se verían hasta el próximo año.
Ema estaba muy feliz de haber disfrutado con sus compañeros el día en la piscina junto al unicornio, nunca lo había pasado tan bien, llego feliz a su casa, Ema estaba muy cansada de haber jugado todo el día, se fue derecho a su cama a dormir junto a su unicornio.
Yo solo soy un unicornio de plástico y quería hacer feliz a un niño, pero este día, hice feliz a muchos niños, adiós.


JoBaMa

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