Nada podrá apartar de mi memoria
La luz de aquella misteriosa lámpara,
Ni el resultado que en mis ojos tuvo
Ni la impresión que me dejó en el alma.
Todo lo puede el tiempo, sin embargo
Creo que ni la muerte ha de borrarla.
Voy a explicarme aquí, si me permiten,
Con el eco mejor de mi garganta.
Por aquel tiempo yo no comprendía
Francamente ni cómo me llamaba,
No había escrito aún mi primer verso
Ni derramado mi primera lágrima;
Era mi corazón ni más ni menos
Que el olvidado kiosko de una plaza.
Mas sucedió que cierta vez mi padre
Fue desterrado al sur, a la lejana
Isla de Chiloé donde el invierno
Es como una ciudad abandonada.
Partí con él y sin pensar llegamos
A Puerto Montt una mañana clara.
Siempre había vivido mi familia
En el valle central o en la montaña,
De manera que nunca, ni por pienso,
Se conversó del mar en nuestra casa.
Sobre este punto yo sabía apenas
Lo que en la escuela pública enseñaban
Y una que otra cuestión de contrabando
De las cartas de amor de mis hermanas.
Descendimos del tren entre banderas
Y una solemne fiesta de campanas
Cuando mi padre me cogió de un brazo
Y volviendo los ojos a la blanca,
Libre y eterna espuma que a lo lejos
Hacia un país sin nombre navegaba,
Como quien reza una oración me dijo
Con voz que tengo en el oído intacta:
"Este es, muchacho, el mar". El mar sereno,
El mar que baña de cristal la patria.
No sé decir por qué, pero es el caso
Que una fuerza mayor me llenó el alma
Y sin medir, sin sospechar siquiera,
La magnitud real de mi campaña,
Eché a correr, sin orden ni concierto,
Como un desesperado hacia la playa
Y en un instante memorable estuve
Frente a ese gran señor de las batallas.
Entonces fue cuando extendí los brazos
Sobre el haz ondulante de las aguas,
Rígido el cuerpo, las pupilas fijas,
En la verdad sin fin de la distancia,
Sin que en mi ser moviérase un cabello,
¡Como la sombra azul de las estatuas!
Cuánto tiempo duró nuestro saludo
No podrían decirlo las palabras.
Sólo debo agregar que en aquel día
Nació en mi mente la inquietud y el ansia
De hacer en verso lo que en ola y ola
Dios a mi vista sin cesar creaba.
Desde ese entonces data la ferviente
Y abrasadora sed que me arrebata:
Es que, en verdad, desde que existe el mundo,
La voz del mar en mi persona estaba.
Nicanor Parra ( chileno )
Nicanor Parra Sandoval
Poeta, cuentista y ensayista chileno nacido en Fabián de Alico ( Chillan ) en el año de 1914.
Perteneció a una sencilla familia campesina, heredo de sus padres una gran sensibilidad artística.
Después de realizar sus estudios básicos, se recibió como profesor de Matemáticas en la Universidad de Chile.
Durante varios años se radico en Estados Unidos e Inglaterra con becas de Institutos Privados, volviendo A Chile en el año de 1951. Realizo innumerables viajes al extranjero.
Desde 1937 incursión en el cuento y en el ensayo, manteniendo viva su vocación poética de tono evocativo y sentimental. Con el paso de los años adapto una linea que el mismo denomina Antipoesia, cuya muestra mas sorprendente se observa en Poemas y Antipoemas de 1954.
Recibió dos premios Municipales y en el año 1969 recibo el Premio Nacional de Literatura de Chile por Obra Gruesa y en 1991 fue galardonado por segunda vez en sus país y obtuvo el Premio Internacional Juan Rulfo.
Premio Cervantes 2011
Ha sido invitado a dar cátedras en diversas universidades tanto nacionales como extranjeras.
Su obra ha sida traducida a numerosos idiomas.
esto vale caca
ResponderEliminarnicanor parra es un longi qlo enfermo que no tubo naa ma ke acer ke escribir unas weas de poemas
ResponderEliminarOe no seay desubicao , aprende a apreciar el talento que tienen estos compatriotas lo cual no teni tu.
ResponderEliminarajkjakajaj se van ala csmre todos ustedes el mejor es Vargas Llosa csmre peruano de corazon chilenos csmre
ResponderEliminar¿ ?.
ResponderEliminarpfff, peruanos...
ResponderEliminarGran blog!
Gracias.
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