Con la importancia que el Año Geofísico Internacional le dio a las actividades científicas y, luego de entrar en vigencia el Tratado Antártico, se vio la necesidad en Chile de crear un organismo para ocuparse de ellas. La ocasión se presentó al reestructurarse el Ministerio de Relaciones Exteriores, mediante ley Nº 15.266, publicada el 10 de octubre de 1963, cuyos artículos 5º y 6º dan origen al Instituto Antártico Chileno, señalando que su función principal, como organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores, es la de planificar, orientar y coordinar las actividades científicas y técnicas que organismos del Estado, o particulares debidamente autorizados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, lleven a cabo en el territorio antártico.
Luego, en 1979, mediante el Decreto con Fuerza de Ley Nº 82 ( Diario Oficial del 19 de marzo de 1979), las autoridades, además de mantener las funciones ya mencionadas, le otorgaron la facultad de realizar directamente investigaciones científicas y técnicas, y la de mantener bases propias en el Territorio Chileno Antártico.