Submarino Huber transportado por bueyes hasta el ferrocarril para
ser transportado hasta Talcahuano
La construcción del submarino Huber se inició en los talleres de la Fundación Libertad el día 12 de febrero de 1895. Ahí se fabrico toda la estructura metálica, excepción hecha de elementos que entonces no se producían en Chile, tales como el motor y acumuladores eléctricos, que fueron importados de Bélgica por la firma Goubet de Santiago.
Se informaba que todo ello costaba $ 27.000, a los que se añadirían los gastos de las operaciones por realizarse en Talcahuano; lo que quiere decir que Huber gasto bastante dinero de su bolsillo; pero este hombre que no reparaba en sacrificios en aras de sus ideas, aunque fuera a costa de sus herederos.
El submarino al que le llamaba simplemente submarino Huber estuvo terminado en febrero de 1896 y listo para su traslado a Talcahuano, puerto donde iban a efectuarse las pruebas de este.
Este fue trasladado a Talcahuano a bordo de un tren.
Las pruebas tuvieron lugar en el mes de marzo de 1896, pruebas que estuvieron envueltas con cierto aire de reserva, probablemente por no entregar su invento a la publicidad mientras no estuviera seguro de que el invento funcionara.
Para estas pruebas se encontraba presente, por supuesto que Huber, su esposa, el ingeniero Francisco Kupfer de la fundación Libertad, el electricista Wienholtz de la firma Goubet y el ingeniero Ramón Martínez quien había sido un colaborador eficaz de Huber y tres personas alemanas sin identificación.
Se efectuó la verificación de las maquinarias y de los acumuladores eléctricos que se empezaron a cargar, se pintó su casco de un color verde y el día 15 de mayo entraba en contacto con el agua, este fue puesto en el agua por una grúa, constituyendo en esa época una gran novedad, especialmente por los adelantos que presentaba, revolucionario para aquella época, tales como propulsión eléctrica y periscopio.
Este submarino navegó dando una vuelta por el faro Belén en la bahía de Concepción o flor de agua, con total éxito, después de esta navegación se programó una segunda navegación pero esta vez con inmersión, este ensayo se realizó el día 24 de marzo, a las 06,30 el submarino se encontraba en el agua, se embarcaron las mismas personas que la primera prueba , pero esta vez también se embarcó el conde Von Koenigsmarck.
Huber movió lentamente el submarino para poder verificar la operación del timón, dando muy buenos resultados, recorriendo aproximadamente 200 metros. Este le dio más velocidad al submarino dando 120 movimientos más por minuto lo cual le dio una velocidad de 8 a 9 millas. Pero cuando se quiso dar toda la fuerza a la máquina se rompió la palanca que mueve el propulsor, arrojándolo al agua.
Con esto se puso fin a la pruebas en la ciudad de Talcahuano y también a las del submarino. Huber se trasladó a Santiago y construyó un nuevo eje, pero al parecer nunca se reparo el submarino, aparentemente por falta de fondos y probablemente sus asociados no quisieron invertir más en este proyecto cuya utilidad no tenía importancia a corto plazo.
Este submarino que estaba concebido para navegar bajo el agua, nunca llegó a realmente a sumergirse.
Los años se encargaron de destruirlo frente a las rocas de abrigo de la planta industrial de Asmar y sus restos enmohecidos podían verse allá por la década del 30 .
José Huber dedicó su vida a su familia y a su profesión de relojero en el Portal Fernández Concha, falleciendo él y su Señora el mismo año, ella el 25 de julio y Huber el 30 de agosto del año 1927.
Huber movió lentamente el submarino para poder verificar la operación del timón, dando muy buenos resultados, recorriendo aproximadamente 200 metros. Este le dio más velocidad al submarino dando 120 movimientos más por minuto lo cual le dio una velocidad de 8 a 9 millas. Pero cuando se quiso dar toda la fuerza a la máquina se rompió la palanca que mueve el propulsor, arrojándolo al agua.
Con esto se puso fin a la pruebas en la ciudad de Talcahuano y también a las del submarino. Huber se trasladó a Santiago y construyó un nuevo eje, pero al parecer nunca se reparo el submarino, aparentemente por falta de fondos y probablemente sus asociados no quisieron invertir más en este proyecto cuya utilidad no tenía importancia a corto plazo.
Este submarino que estaba concebido para navegar bajo el agua, nunca llegó a realmente a sumergirse.
Los años se encargaron de destruirlo frente a las rocas de abrigo de la planta industrial de Asmar y sus restos enmohecidos podían verse allá por la década del 30 .
José Huber dedicó su vida a su familia y a su profesión de relojero en el Portal Fernández Concha, falleciendo él y su Señora el mismo año, ella el 25 de julio y Huber el 30 de agosto del año 1927.
Características
56 Acumuladores Eléctricos