Mi abuelo que era italiano y venía de un pueblito del veneto italiano tenía una parcela, un día hizo un hoyo y puso un espantapájaros, diciéndole : " Ti lascio qui a spaventare gli uccelli del ciliegio ", aquí te voy a dejar para que espantes los pájaros del guindal. Te llamaré spaventapasseri.
Y aquí me dejo son un espantapájaros mi cuerpo esta formado por dos palos y ropa vieja del bachicha ( inmigrante italiano ) visto pantalones azules, chaqueta café, y un sombrero de paja, mi cabeza está rellena de paja, mi pelo es café está hecho de pelo del choclo, mis manos y mis pies están cubiertas con hojas de los mismos choclos.
Mis enemigos son los pájaros que rondan el guindal como mirlos, zorzales y loros. Tengo que estar atento para espantarlos cuando llegan a comerse las guindas. Ya con mi presencia los espanto, con el viento mis manos, mis pies y mi pelo vuelan al viento y producen un sonido, los uccelli ( pájaros ) se asustan y se van. Mi vida es diferente a otros espantapájaros ya que algunos viven una vida triste, solitaria y sin nadie con quien hablar, la mía es tranquila, rodeados de árboles y sembradíos, conversó con el viento, los árboles, las flores y todo ser vivo que me rodea.
Ya es Octubre y estamos en primavera, todo está cambiando de color, aparecen las flores, a los árboles les empiezan a salir sus primeros brotes, los días son más largos y el señor sol es agradable. Hoy se ha posado en uno de mis brazos una golondrina, y hablo con ella, hola golondrina hola me contesta, ella me dice que está muy cansada de tanto volar.
Pasa todo el día volando, como si estuviera con mucha prisa, vuela muy rápido y hace giros muy rápidos y bruscos en el aire a veces muy alto y otras a ras de suelo, lo que hace es que está cazando toda clase de mosquitos, cuando esta mal el tiempo los mosquitos andan a baja altura y cuando hace calor los mosquitos vuelan a mayor altura. ¡ Ella ya es mi amiga !.
Pasan los días y la golondrina se queda junto a mi, ella me ha transmitido su alegría y dulzura, sus trinos me llegan al alma.
A veces sale una bella lagartija con sus lindos colores de su escondite, reclamando que las golondrinas no le dejan mosquitos para comer.
La parcela del italiano; está frente a una viña, un día estaba conversando con la golondrina cuando aparecen dos trabajadores de la viña y hacen un hoyo y ponen nada menos y nada más que una espantapájara.
La vi y mi corazón de madera empezó a latir más rápido, es una belleza de espantapájara, creo que me enamore a primera vista.
Que hago para conquistarla, le pregunto a la golondrina, bueno dijo la golondrina podría ser un poema o quizás una flor, esa me gusto, dijo el espantapájaros una flor. Cerca del espantapájaros había un rosal, y por supuesto era amigo de él, señor rosal usted seria tan amable de regalarme una rosa para una hermosa espantapájara, claro que sí amigo mío, le contestó el rosal, saca las flores que tu desees.
Amiga golondrina le llevarías la rosa a la espantapájara, ya que yo no puedo moverme, como me gustaría ser como tu que puedes volar a cualquier lugar, por supuesto que sí dijo la golondrina.
¡ Quizás algún día puedas volar ! dijo la golondrina, llevando la rosa hasta donde se encontraba la espantapájara.
¡ Hola señorita espantapájara ! dijo la golondrina, hola le contesto la espantapájara asombrada, vengo de parte del espantapájaros del guindal, le manda una rosa en señal del amor que siente por usted.
¡ Oh ! exclamó la espantapájara, no saliendo de sus asombro.
Me gusta mucho el espantapájaros del guindal, es muy alegre y conversa con todos los que le rodean, afirmó la espantapájara, dígale que yo tambien le quiero mucho.
La golondrina volvió donde el espantapájaros llevando su recado. Fue así como la golondrina llevó recados del guindal a la viña por varios meses, ya las rosas se estaban acabando.
¡ Pero un día ! la golondrina no apareció, y cual seria su sorpresa que al poco rato vio una bandada de golondrinas que pasaban sobre su cabeza y entre ellas iba su amiga, que le gritó hasta la próxima primavera, nos vemos. Quedo triste el espantapájaros se había ido su amiga y tambien se acababan los recados.
Pasaron los meses y llegó otoño y después el invierno, y las temperaturas empezaron a bajar, mucho frió, llego la lluvia, apareció el viento y la neblina, las noches se hicieron más largas y los días más cortos.
De repente sopló un viento fuerte, muy fuerte...
Vino como un remolino y a los espantapájaros los arrancó de sus lugares y comenzaron a elevarse por los aires, el le alcanzó a dar la mano a la espantapájara.
Se elevaron, se elevaron y se perdieron por encima de la nube más alta hacia el infinito.
Cuando volvió la golondrina al empezar la primavera no encontró a los espantapájaros y ella murmuró ¡ Aprendieron a Volar !, que sean felices.
Autor : Jorge Baeza Malatrasi.
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