Estando de visita en África en el buque escuela, le envié a mi madre como regalo de cumpleaños un ave exótica.
A su regreso la llame por teléfono.
¡ Hola mama ! ¿ Que te pareció el ave que te envié ? - le pregunto.
- Estuvo deliciosa.
¿ No me digas que te la comiste ?
- exclamo el marino. Me costo muchísimo dinero ¡ Hasta podía hablar el ave!
Pues, si era tan inteligente - repuso la madre - ¿ Porque no dijo nada ?.
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