Pelantaro
Pelantarú o Pelantaro ( mapudungun Alcón Luminoso ) fue un vice-toqui mapuche del jefe Paillamachu que comandó la segunda rebelión mapuche en el año 1598 y junto a sus lugartenientes Anganamón y Guaiquimilla dieron muerte al segundo gobernador español Martín García Óñez de Loyola durante la batalla de Curalaba, el día 24 de diciembre de 1598. Este es uno de los grandes estratega de la guerra de Arauco.
Según los cronistas de la época, los mapuches de la zona se encontraban molestos por el establecimientos de nuevos fuertes por los españoles, especialmente por Óñez de Loyola, veían en estas fundaciones que no les bastaba ya con el terreno conquistado. Pero una de las principales causas era la indignación por el trato dado a los indígenas, y a los servicios personales impuestos en los lavaderos de oro y plantaciones.
Pelantaro supo conducir a su pueblo mapuche en un momento crucial de la historia, siendo respetado no solo por sus congéneres, si no también por sus enemigos quienes respetaban y temían todo su talento en el arte de la guerra.
Martín García Ónez de Loyola
Batalla de Curalaba
Ónez de Loyola venia de haber recorrido las fundaciones mas australes del reino como: Valdivia, Osorno y Villarrica y encontrándose en la Imperial llegó un mensajero indígena, donde el capitán Hernando Vallejo de la ciudad de Angol pedía auxilio ya que en cualquier momento era atacado por los mapuches sublevados.
El Gobernador Martín Ónez de Loyola emprendió el viaje a Tucapel acompañado de 50 soldados y 300 indios auxiliares la noche del 21 acampó en un lugar denominado Paillachaca a una distancia de una legua de La Imperial, tras su segunda jornada acamparon en un lugar llamado Curalaba, junto al rió Lumaco.
El Caudillo supo que venia el gobernador y reunió a un gran grupo de guerreros, se acercaron y esperaron la noche para atacarlos, esperaron pacientemente y al alba del día 23 de diciembre atacaron, todos dormían y no alcanzaron a reaccionar murieron casi todos, solo se salvo un fraile franciscano y un soldado herido que lo dieron por muerto.
Pelantaro, que ya guardaba el cráneo de Pedro de Valdivia sumo a su botín el cráneo de Ónez de Loyola.
Con esto los mapuches iniciaron un levantamiento general que termino finalmente con la destrucción de las ciudades al sur del rió Biobío , con la excepción de la ciudad de Castro.
Quedó estupefacto al leer el relato histórico del gran comandante Pelantaru, su capacidad de comprender desde el inicio del tiempo la carga heredada de cuidado a su tierra, con esa concepción cosmológica de considerar a todos los seres como sus hermanos y merecedores de la protección del mapuche.
ResponderEliminaruenardo wacho klo
ResponderEliminar