Durante el Gobierno de Bernardo 0´Higgins Riquelme ( 1818 - 1823 ) los problemas políticos que tuvo con las aristocracia chilena lo llevaron a abdicar.
Hubo varias causas que produjeron la renuncia de O'Higgins. Entre ellas se pueden mencionar :
Promulga la Constitución de 1822, que había de sustituir la provisional de 1818, donde separaba los tres poderes del estado; Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero prácticamente O'Higgins ejercía los tres Poderes del Estado.
Alza de Impuestos en forma autoritaria.
Un proyecto donde se establecía que el Director Supremo ejercía seis años, pudiendo ser reelegido por cuatro años más, o sea O'Higgins podía estar diez años en el poder.
Lo acusaron de autoritario y revanchista.
Algo que le dolió mucho a la aristocracia fue la abolición de los mayorazgos y títulos de nobleza.
Alejamiento de la Iglesia Católica por su tolerancia hacia los protestantes.
Rechazo a los grupos dominantes chilenos al plan de integración continental, debido al fuerte sentimiento nacionalista que se había desarrollado. etc.
A raíz de todas estas acciones, se organizó un movimiento opositor desde las provincias encabezado por Ramón Freire, que no aceptaba la legitimidad de O'Higgins.
En Santiago se supo de las tropas que de las provincias de Concepción y Coquimbo marchaban hacia la capital. La noticia alarmó a la población que vio una posible guerra civil muy acerca de ellos con graves consecuencias. Lo que llevó a esto al Intendente José María de Guzmán a reunir el día 28 de enero a connotados habitantes de la capital para llamar a un cabildo abierto con motivo de pedirle a Director Supremo que renunciara al mando. Luego de varias diligencias con O'Higgins este aceptó y se vistió con su uniforme de gala y acompañado de sus edecanes se dirigió a caballo hasta el Tribunal de Consulado, donde actualmente se encuentran las calles Compañía esquina de Bandera vereda sur. Pidió sus insignias de mando, se terció su banda y se puso la estrella de Gran Oficial de la Legión de Mérito y entró a la reunión, se dirigió a la asamblea y preguntó a qué se debía la reunión, recibiendo la respuesta de Egaña que le dijo viendo el momento que se estaba pasando a pronto de una guerra civil le pedían que dejara el alto cargo, después de discusiones O'Higgins acepto pidiendo que designaran un comisión de hombres respetables con los cuales seguir tratando el asunto. Mariano Egaña propuso los nombre de la comisión, en total fueron 11 el resto abandonó la sala.
Se enfrascaron en conversaciones llegando a un acuerdo que O'Higgins prometió entregar el cargo ante la autoridad que ellos estimasen, se acordó que el poder pasaría a manos de una junta de gobierno compuesta por don Agustín Eyzaguirre, don José Miguel Infante y don Fernando Errázuriz.
Se levantaron las actas y fueron leídas en voz alta ante la audiencia que nuevamente se había reunido en el salón del Consulado, y ante la cual, tras tomar los juramentos a los integrantes de la nueva junta, O'Higgins se dirigió a esta:
Si no me ha sido dado, dijo, dejar consolidadas las nuevas instituciones de la República, tengo al menos la satisfacción de dejarla libre e independiente, respetada en el exterior y cubierta de gloria por sus armas victoriosas, Doy gracias al cielo por los favores que ha dispensado a mi gobierno, y le pido que proteja a los que hayan de sucederme. O'Higgins se quita la banda y la deja sobre una mesa. Ahora soy un simple ciudadano. En el curso de mi gobierno que he ejercido con una gran amplitud de autoridad, he podido cometer fallas, pero creedme que ellas habrán sido el resultado de las difíciles circunstancias en que me tocó gobernar y no el desahogo de malas pasiones. Estoy dispuesto a contestar todas las acusaciones que se me hagan; y si esas faltas han causado desgracias que no pueden purgarse más que con mi sangre, tomad de mí la venganza que queráis. Aquí está mi pecho. Y abriéndose la casaca con fuerza y exponiendo su pecho. Los que se encontraban en la reunión conmovidos por las palabra s de O'Higgins, respondieron con vítores de aprecio y muestra de cariño hacia la autoridad saliente, viendo O'Higgins que su presencia ya no era necesaria, se despidió y se retiró de la sala.
Así terminaba el Gobierno del General O'Higgins, quien prefirió abdicar al poder, antes de sumergir el país en un baño de sangre.
Seis meses después el día 17 de julio de 1823 abandona para siempre el país con destino al Perú.
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